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Muchas impresoras 3D pueden imprimir claramente algunas cosas realmente interesantes, pero los escépticos de la popular impresora 3D de escritorio, la gente asume erróneamente que estos dispositivos no son útiles para hacer objetos funcionales. En una muy buena noticia de Michigan, un niño de 11 años ha acabado con ese mito imprimiendo un violín funcional desde su propia casa. Dane Jarvis no solo ha demostrado una habilidad e innovación excepcionales en la impresión de este instrumento, sino que ahora planea comenzar su propio negocio de impresión 3D de violines.
Empresa
El interés de Dane en la música se remonta a cuando tenía ocho años cuando comenzó a estudiar violín con Lisa Bayer de la Orquesta de Cuerdas Prelude. Su mentor mencionó la posibilidad de imprimir instrumentos en 3D, y Dane inmediatamente comenzó a ahorrar dinero. Finalmente compró su propia impresora de escritorio y se puso a trabajar, utilizando su empresa y su pasión por la ingeniería. Con la ayuda de Bayer, Dane imprimió un violín inspirado en el modelo de violín Stradivarius de fama mundial. El impresionante resultado es una descripción muy precisa de cómo se ve normalmente un violín.
Precisión
El proceso de impresión tomó alrededor de 24 horas, con algunos contratiempos en el camino. La precisión involucrada es admirable para un aficionado: solo el cuello del instrumento tiene 180 capas. Dane también lijó, limpió y, finalmente, encordeó el instrumento a fondo para que la acústica fuera la correcta.
Sonido
La parte más importante de este proceso fue la prueba de sonido. Esto se debe a que la funcionalidad real del dispositivo lo distingue de otros instrumentos impresos en casa que se ven bien pero no suenan como reales. Según la mentora de Dane, una violinista veterana, los resultados son realmente buenos. Toca muy bien, con la condición de que sea un poco más silencioso que un violín convencional.
Revolución
El modelo de negocio de Dane podría inspirar una revolución musical en las escuelas estadounidenses, todo gracias al uso inteligente de la impresión 3D. Además, planea imprimir muchos más violines y venderlos por 250 euroes. Esto representa un ahorro sustancial en comparación con los violines estándar que a menudo cuestan más de € 800. El aspecto más reconfortante de todo esto es que un estudiante de quinto grado ha demostrado lo que se puede lograr en la impresión 3D con trabajo duro y una pasión implacable por ello.
Cada vez más personas se interesan por el mundo de la fabricación aditiva. ¿Quién sabe qué tipo de innovaciones surgirán en los hogares de todo el mundo durante los próximos años?
Si desea ver el violín en acción, no dude en ver el siguiente video.