La microfluídica es uno de los campos que está experimentando un auge gracias a la impresión 3D. Debido a la necesidad de un trabajo de diseño tan delicado, muchas investigaciones nuevas ahora se pueden probar en laboratorio. Tomemos, por ejemplo, cómo los científicos de la Universidad de California están imprimiendo microchips médicos de última generación con el poder de diagnosticar enfermedades.
El laboratorio de UCLA de Dino Di Carlo está utilizando impresoras especializadas en microfluidos para crear chips con canales tan pequeños que incluso las motas de polvo pueden causar obstrucciones en su flujo de trabajo. Por esta razón, el equipo construyó los microchips en una sala limpia hermética. Los chips en sí son del tamaño de portaobjetos de microscopio, pero pueden realizar tareas complejas.
Los investigadores producen los chips mediante fotolitografía. Los chips mismos consisten en PDMS, una goma transparente. El primer paso es crear un molde. Vierten una mezcla líquida en una placa de silicona. Esto crea el compuesto polimérico deseado. El siguiente paso es superponer una fotomáscara negra impresa que sangra los canales deseados en el polímero y lo endurece con luz ultravioleta.
Luego vierten el PDMS en el barril y lo hornean a 65 ° C. Finalmente, colocan un portaobjetos de vidrio debajo del resultado procesado. Todo este método lleva un día entero. El equipo también desarrolló un método para aislar las células tumorales circulantes. Estas células pueden ayudar a identificar las mutaciones exactas que causan malignidad y ayudar enormemente a futuras investigaciones.
Aplicaciones para microchips médicos
El campo del diagnóstico podría beneficiarse enormemente de esta investigación. Los científicos del laboratorio están trabajando en un chip que puede diagnosticar muestras y detectar enfermedades como el cáncer. Esta sería una simple función de entrada de muestra, salida de resultado de diagnóstico. En este punto, las muestras deben estar preparadas, pero el objetivo final es hacerlo lo suficientemente simple para que incluso el lego pueda entenderlo.
Esta investigación también sacará a la luz muchas de las complejidades del movimiento de fluidos en microambientes muy confinados. Esto permitirá a los científicos acumular información y funciones perdidas en pequeños dispositivos. La impresión 3D es crucial para esta investigación porque solo las máquinas pueden trabajar en áreas tan compactas. Es casi imposible para los seres humanos realizar operaciones delicadas a esta escala.