La profesora Michelle Bernhardt-Craig busca revolucionar la forma en que construimos objetos como infraestructura o viviendas. El ambicioso plan es crear una especie de “hormigón” de alta resistencia a partir de bacterias y suelo. El profesor Bernhardt-Craig ha estado utilizando la tecnología de impresión 3D Binder Jet y probándola con varios agentes y materiales. Hasta ahora, ha probado la creación de construcciones a partir de yeso, pero está investigando las posibilidades que presenta la arena normal.
En abril de 2020, Bernhardt-Craig obtuvo una subvención de 500.000 euroes para hacer crecer su investigación sobre materiales de carga. El propósito de la subvención fue originalmente encontrar construcciones en la naturaleza que puedan servir como materiales de construcción funcionales. Anteriormente usó yeso para producir un material sintético que se asemeja a la arena, sin embargo, había un inconveniente. A medida que el yeso absorbe la humedad y el agua, el profesor ahora busca obtener una nueva subvención para una impresora 3D que pueda procesar arena.
El proyecto ayudaría enormemente a los esfuerzos en áreas donde el concreto puede ser escaso. Desarrollar un medio de impresión de casas o carreteras de arena y tierra podría ser especialmente útil en el espacio exterior o en regiones subdesarrolladas aquí en la Tierra. También sería mucho mejor para el medio ambiente, al ser de origen natural y posiblemente reutilizable.
MICP y procesamiento de suelos
La imagen de arriba muestra una construcción de yeso en la que estaba trabajando. Trabajando con esto, quiere crear estructuras que usen arena en su lugar. Si bien esta versión tiene el material impreso en 3D y el yeso unido con un pegamento patentado, el profesor Bernhardt-Craig quiere renunciar al pegamento por completo, optando así por la precipitación de carbonato de calcio inducida por el suelo o microbianos. Las propiedades bacterianas lo hacen más resistente y más duradero en general y el carbonato de calcio puede crear un suelo endurecido con fracturas autocurativas en el hormigón y, por lo tanto, parece ideal. Otra forma posible de ligar el suelo es con biopolímeros.
La profesora Michelle Bernhardt-Craig espera asociarse con una empresa para llevar su producto al mercado. El proyecto de subvención debe ejecutarse desde el 1 de julio de 2020 hasta el 30 de junio de 2023. Actualmente, el profesor está buscando mantener a 2 estudiantes de pregrado como co-investigadores. Con un proyecto de tanto alcance y aplicabilidad, las empresas e instituciones asociadas deberían estar alineadas en poco tiempo.
Imagen destacada cortesía de la Universidad de Arkansas, que se encuentra a través de TalkBusiness