Ofrecer servicios modernos como productos sanitarios puede resultar complicado para muchas regiones del mundo. Especialmente en África, el costo y la inaccesibilidad de obtener elementos de mantenimiento cruciales para la tecnología médica pueden ser exorbitantes. Sin embargo, Penn State ha lanzado un proyecto de atención médica para ayudar en la impresión 3D de dispositivos médicos y piezas de repuesto en Kenia . El proyecto permitirá que equipos sanitarios mucho más baratos estén disponibles para regiones previamente desaprovechadas.
El estudiante de doctorado de Penn State Benjamin Savonsen y el profesor John Gershenson comenzaron el proyecto Kiljenzi . El proyecto está formado por ingenieros, profesores, estudiantes y creadores que trabajan en Kenia y Estados Unidos. Kiljenzi, una palabra en suajili que significa «pequeño fabricante», tiene como objetivo brindar atención médica económica a muchos. Este tipo de proyecto ofrece muchas oportunidades al enseñar a los empresarios africanos a utilizar la tecnología.
El sitio web del proyecto establece que: Utilizando impresoras 3D personalizadas, estamos investigando formas de utilizar esta tecnología para ayudar a encontrar soluciones para los desafíos que enfrentan estas clínicas, problemas derivados de problemas con maquinaria abandonada, cadenas de suministro inadecuadas y acceso limitado a equipos especializados.
Impresión 3D en Kenia
Un ejemplo de cómo el equipo está mejorando las instalaciones de tecnología médica es reemplazando componentes cruciales en microscopios. Una perilla particular en un tipo de microscopio popular es notoria por romperse, por lo que el equipo ideó una solución impresa en 3D. Por lo general, estas piezas pueden costar hasta € 1,000 pero redujeron el precio a aproximadamente fracciones de euro. Del mismo modo, a muchos equipos les falta una pieza de plástico crucial, por lo que la impresión 3D está interviniendo para facilitar las reparaciones. Estas piezas faltantes hacen que todo sea inútil, por lo que el equipo arregla los componentes pequeños.
El equipo está ayudando a reproducir una amplia gama de equipos, incluidos estetoscopios, muñequeras y dispositivos de fisioterapia. El equipo está entusiasmado con su trabajo en Kenia y espera la posibilidad de expansiones a otras regiones.
Gershenson y Savonen fundaron Kiljenzi originalmente cuando estaban en la Universidad Tecnológica de Michigan. El proyecto ha recorrido un largo camino desde entonces, brindando un apoyo crucial a muchos. La siguiente fase consistirá en instalar una impresora en un hospital y medir cuánto ayuda a ahorrar o cuántas máquinas puede poner en funcionamiento. También buscan expandirse más allá de la industria de la tecnología de la salud.
Destacado recuperado del sitio web de BTN.