El desafío Nautilus 100 atrajo a 20 participantes que compiten para producir la próxima gran cosa en la guerra submarina. A lo largo del desafío, UK Nest y la Royal Navy han estado trabajando en varios diseños para embarcaciones navales con una gran cantidad de desarrolladores de diferentes compañías, incluidos los sistemas BAE, Lockheed Martin, MOD, QinetiQ y Rolls Royce. Parece que han elegido un ganador que empleará en gran medida diferentes tecnologías de impresión 3D .
El diseño final es un barco de aguas profundas que se asemeja a una manta raya en términos de apariencia. El casco de la embarcación utilizará una mezcla de acrílicos y aleaciones de alta resistencia. Encima de la máquina, hay escalas de grafeno electrónicas que le permiten transformarse en forma para parecerse más a una mantarraya.
Este diseño final fue una de las ideas más ambiciosas. Si bien algunos críticos consideran que el concepto es demasiado exagerado para ser viable, la Royal Navy está avanzando. A pesar de los costos avanzados en que pueden incurrir estas máquinas, los investigadores siguen siendo optimistas.
Sistemas de defensa impresos en 3D, anguilas y micro-drones
Entre los muchos componentes impresos en 3D de la nave, también hay varias piezas auxiliares que cuentan con tecnología aditiva. El barco principal albergará una gran cantidad de sistemas de defensa de última generación, como embarcaciones no tripuladas con forma de anguila armadas con armas. Aparte de las capacidades de las armas, se están preparando para que tengan la capacidad de crear redes de comunicaciones. Pueden hacer esto a través de módulos de sensores individuales que usan láseres para comunicarse entre sí.
Otra idea que exploraron los investigadores fue la de los micro-drones. Estos sistemas de reconocimiento impresos en 3D podrían permitir la recopilación de datos o misiones de escolta de vehículos. La intención del diseñador es hacerlos solubles en agua salada cuando se requiere secreto. También buscan crear drones torpederos con forma de tiburón que puedan emplear una variedad de armas por sí mismos.
Estas tecnologías requieren tecnología de impresión 3D para crear formas que antes no eran posibles. También permite a los investigadores trabajar con materiales que no son convencionales. Si bien estos conceptos aún están lejos de ser funcionales, algunas de las empresas más grandes del mundo están trabajando para lograrlos. Esto es indicativo de que puede que no sea imposible producirlos.