La impresión 3D para la construcción no solo ha tenido un gran impulso en el último año, sino que los componentes de construcción orgánicos y marginales dentro del campo también han experimentado un aumento. Desde la tierra arcillosa hasta el cáñamo , la impresión para la construcción está encontrando un terreno nuevo y extraño. Ahora, los investigadores están jugando con el uso de una mezcla de impresión 3D de turba para la creación de materiales de construcción.
La Universidad de Tartu está llevando a cabo la investigación para transformar turba de humedales en mezclas procesables. La turba consiste principalmente en una mezcla de material vegetal descompuesto que es nativo de muchas áreas húmedas y humedales. Si bien tiene muchos usos, incluso como alternativa a los combustibles fósiles, este es un concepto completamente nuevo. La experimentación con turba no solo permitió material de construcción, sino que también resultó ser más barata. La mezcla de construcción y las cenizas de esquisto bituminoso resultaron casi diez veces más baratas que los métodos tradicionales.
El investigador Juri Liiv creó una mezcla de turba, estiércol de aves de corral y ceniza de madera como material de cama. Luego, pasó a probar sus habilidades como material de construcción sostenible. El principal problema que citó fue el de la turba que evita que otros materiales se endurezcan. La nueva formulación se encarga de esto.
Construcción sostenible
La Asociación de Turba de Estonia estima que alrededor del 3% de la tierra está formada por turberas. También constituye el 20% de la tierra de Estonia, por lo que uno puede ver por qué aprovecharían las oportunidades que presenta esta investigación. Sin embargo, según la investigación, solo pueden hacer uso de la parte superior más seca de las turberas.
La mezcla de turba permite casas autoportantes después de la construcción. En lugar de cemento, utilizan ceniza de esquisto bituminoso como agente aglutinante del núcleo porque la mezcla puede aumentar en alcalinidad cuando se humedece con agua, lo que resulta en un aumento del pH de hasta 13. El esquisto bituminoso evita esto.
El equipo tardó aproximadamente un año en encontrar la mejor combinación, equilibrando la resistencia y la conductividad térmica. El material tarda un día en alcanzar su dureza inicial pero mantiene la elasticidad por un tiempo más. Como resultado, hay poca necesidad de aislamiento, relleno o incluso bloqueo de ruido debido a la hermeticidad de la construcción. Además de todo esto, los investigadores estiman un coste de 5.000 € para imprimir en 3D el marco exterior de una casa de 100-150 metros cuadrados. Como se mencionó anteriormente, esto da como resultado una décima parte del costo en comparación con las técnicas de fabricación tradicionales.
Aunque los científicos dicen que el método de impresión con turba aún no está completamente listo, los hallazgos son fascinantes. El método no está listo para la impresión 3D, pero al ritmo que se están desarrollando los métodos de construcción, uno puede predecir de manera optimista un modelo viable en los próximos años.
Imagen destacada cortesía de la Asociación de Turba de Estonia.