Un estudio de la Universidad Tecnológica de Michigan analizó la eficiencia económica de la impresión 3D de varios artículos deportivos utilizando una impresora 3D con un sistema de extrusión de pellets. Esta tecnología también conocida como Fused Granular Fabrication (FGF) tiene potencial para aumentar el uso de polímeros reciclados en la impresión 3D.
Impresión 3D versus precios de tienda
Si bien incluso las impresoras 3D de escritorio estándar cuentan con un impresionante retorno de la inversión (ROI), el Laboratorio de Tecnología de Sostenibilidad Abierta (MOST) de Michigan Tech quería investigar el ROI de una impresora 3D diseñada para materiales industriales. Para el experimento, compararon los costos de imprimir una patineta, una paleta de kayak y raquetas de nieve en materiales vírgenes y reciclados con los costos de las versiones disponibles comercialmente de los productos.
Joshua Pearce, profesor de ciencia e ingeniería de materiales en MTU, comentó sobre la impresora y el estudio: “ Este no es un dispositivo para hacer juguetes para sus hijos; esta es una máquina industrial destinada a fabricar productos reales, grandes y de alto rendimiento. »
ROI digno de inversión
Los hallazgos son notables, si no no sorprendentes, para los entusiastas de la impresión 3D: las versiones impresas de los productos eran más baratas que las versiones disponibles más asequibles, incluso con gránulos de plástico virgen. Las impresiones de plástico reciclado eran incluso más baratas. Un análisis de costos indicó que la máquina sería rentable si imprimiera uno de los objetos solo una vez por semana y podría generar millones en ganancias al imprimir uno al día.
“ Una vez que se cubren los costos de capital, que a menudo pueden ser menos de un año, las máquinas FPF o FGF tienen un enorme potencial para generar ganancias. Económicamente, tienen absolutamente sentido. —Dijo Pearce.
Hasta hace poco, las impresoras 3D asequibles han tenido problemas para fabricar piezas de grado industrial, pero las impresoras 3D de extrusión de pellets que pueden manejar PET (polietileno tereftalato) y PP (polipropileno) son cada vez más accesibles. Al usar estas impresoras 3D, los espacios de fabricación y las personas podrían asociarse con centros de reciclaje locales para reutilizar gran parte de los desechos que recolectan, imprimiendo muebles y equipos de exterior para parques y otros espacios públicos.